CLARO QUE HAY SOLUCIÓN, SÓLO QUE AÚN NO LA HAS ENCONTRADO

domingo, 10 de julio de 2016

Céntrate en un objetivo real: comer menos.

Ya sé que odias que todo el mundo te diga que si quieres adelgazar tienes que comer menos. A mí también me da coraje que la gente me diga que como demasiado porque, en realidad sólo como cuando tengo hambre y parece que el hambre es un diablo que sólo quiere amargarme la vida.

Sin embargo, hay una gran diferencia entre buscar como objetivo que algo te adelgace comas lo que comas y buscar como objetivo una ayuda para comer menos. Nuestro objetivo debe ser siempre el segundo.

Te puedo dar una razón solidaria y, yo creo que la más importante y es que si realmente existiera un remedio eficaz (que no existe) que nos permitiera comer todo lo que quisiéramos y a su vez lucir un cuerpo delgado, seríamos organismos ineficientes. Devoraríamos los recursos de este planeta sin compasión, sin un límite ni siquiera físico. Haría falta talar muchos árboles para crear campos donde sembrar todo lo que zambulliríamos. Viviríamos sólo del placer de comer y eso no es justo para este planeta como tampoco lo es para la creciente cantidad de animales que mataríamos (siendo hoy por hoy ya una matanza terrible).

También te voy a dar una razón científica: estamos muy lejos de conseguir ese objetivo. Estoy convencida de que antes de que lo inventen tú y yo, estaremos en un ataúd talla XXL. Después de haber leído unos cuantos estudios sobre la obesidad, me he dado cuenta de que hay tantas sustancias, mecanismos y reacciones químicas y físicas que actúan en el proceso de alimentación que después de décadas de estudio todavía ningún laboratorio ha dado con la clave para adelgazar comiendo como burros ni lo hará en otras tantas décadas. Sin embargo ya existen sustancias que inhiben el apetito.

Resultado de imagen de glotonTambién te puedo dar una razón económica: comer menos siempre es gastar menos y además permite ahorrar en todos los productos que hoy por hoy se venden como productos milagro. Si centras tu objetivo en comer menos, serás más acertado en los productos que compras. Por ejemplo, ¿qué es mejor, café verde o glucomanano? El primero te promete adelgazar comas lo que comas y el segundo es una fibra que se infla en tu estómago para comer menos. Si tu objetivo fuera comer menos, sabrías qué productos debes consumir.

Estoy convencida de que existe también una ley de la naturaleza que lo impide. La naturaleza es muy sabia y siempre busca el equilibrio entre las especies. Si una de ellas fuera capaz de comer sin límites y sin enfermar, se rompería ese equilibrio.

Y, por supuesto, también estamos bien lejos de conseguir que, aunque existiera el famoso producto milagro que lo consiguiera, nuestro organismo se mantuviera sano. Al no tener frenos en la ingesta de grasas y azúcares, la cantidad de toxinas en nuestro organismo sería muy grave. La acidez excesiva, el ácido úrico, la resistencia a la insulina... ese producto milagro no podría atajar todos los inconvenientes de comer en exceso.

Comer sin limitaciones y estar delgado a la vez es hoy por hoy una meta inalcanzable y no deberíamos enfocar nuestros esfuerzos en conseguirla. No es justo para nadie, ni siquiera para nosotros mismos pero sobre todo para quienes pasan hambre y para los animales y las selvas que masacramos comiendo. Nuestro objetivo más fácil de alcanzar, saludable para tu organismo, solidario con otras personas, con el planeta y con los animales es comer menos. Si mantienes ese objetivo es más probable que lo consigas enfocando todas tus acciones en él mientras que si no tenemos claro el objetivo y compramos productos que nos venden adelgazar sin sacrificios, es menos probable que consigamos alcanzar una rutina de cantidades adecuadas para nuestra salud.


viernes, 8 de julio de 2016

Que en tus dulces no haya grasas

Esto que te voy a escribir hoy me ha obligado a repasar el ebook "Piensa y Adelgaza" y volver a reescribir una parte porque es un sorprendente descubrimiento que me ha parecido muy valioso incluirlo. Hace relativamente poco se ha hecho un estudio sobre ratas que ha arrogado una interesante conclusión. En el estudio se seleccionaron tres grupos de ratas: el grupo "glucosa", el grupo "queso" y el grupo "tarta de queso".

Al grupo glucosa, se le alimentó, como es lógico de azúcar. El grupo queso sólo comió grasas y el grupo tarta de queso comió una mezcla de las dos. Tras el estudio, se descubrió que las ratas "glucosa" y "queso" comían sólo lo que necesitaban para estar saciadas pero las pobres ratas "tarta de queso" no podían parar de comer y llegaron a la obesidad. La mezcla fatídica de grasas e hidratos de carbono provoca que el sistema de recompensa se atrofie llevando a una ingesta desproporcionada de estos alimentos.

Si observas, todos los alimentos de los que te resulta muy difícil librarte, son una exquisita mezcla de estos dos ingredientes. Piensa en cualquiera y te darás cuenta de que tienen una mezcla: hamburguesas, pizzas, tartas, nata montada, helados, chocolate (especialmente el chocolate con leche que es el que más gusta), bocadillos, platos con salsas e incluso hasta las ensaladas.... absolutamente todos tienen una mezcla de estos dos ingredientes y la consecuencia de eso es que no puedes dejar de comerlos.

Por eso, he aquí una nueva norma que debes introducir en tu dieta para siempre y es que cuando comas grasa, sólo grasa y cuando tomes hidratos de carbono, sólo hidratos. Es una norma muy difícil de aplicar, ya te lo dice la poca experiencia que llevo y el motivo es que la mayoría de los platos del almuerzo tienen una peligrosa combinación de ambos. Así que no podrás ser estricto pero intenta ser lo más estricto posible.

Si tienes ganas de dulce, toda exclusivamente dulce: avena con miel, frutas, arroz integral con miel de caña o sirope de ágave... en fin, todo lo que se te ocurra pero que lleve cero grasas. Lo notarás enseguida porque no está tan sabroso y el apetito se te va enseguida. Te parecerá excesivamente dulce y eso es muy bueno porque querrás terminar enseguida.

Lo mismo te digo de las grasas: combínalas con proteínas pero nada más (muchos vegetales tienen hidratos). Estos alimentos te costarán mucho más trabajo porque a un aguacate podrás echarle aceite de oliva pero no a un tomate, como tampoco  a una paella o a unos macarrones. Resulta casi imposible aderezar una ensalada sin aceite. Si no puedes evitarlo, procura que la proporción de aceite con respecto a hidratos sea la menor posible.

Si no está endiabladamente sabroso vas por buen camino. Te diré por qué. Imagínate que coges la nata de la leche y te la bebes tal cual.... estoy segura de que no te parecerá atractivo. Ocurre lo mismo con el azúcar. Comerte un terrón de azúcar resulta muy desagradable... sin embargo no dejarías de tomar una buena nata montada azucarada ¿a que no? Pues ya sabes cuál es el motivo y también sabes que por esa razón... debes aportar por lo que no está tan bueno.


Descarga la quía a través de este enlace: Piensa y Adelgaza